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Salto con pértiga
Nuestro oficio es saltar y el mejor “sidro” era antiguamente el que mejor saltara. Para ello, llevaban un largo palo de avellano que hacía las veces de pértiga. “El salto –cuenta Vigil– lo verifican tomando vuelo mediante una carrera, después de la cual apoyan el extremo de la pértiga en el suelo, al tiempo que se lanzan al espacio para dejarse caer a distancias que a veces, sorprenden por lo grandes. Y no solo verifican el salto en esta forma corriente, sino que en muchas ocasiones, sobre todo si entre ellos existen celosas piquillas, cuando están en lo más alto de su trayectoria, hacen girar la pértiga y con ella su cuerpo, describiendo uno y hasta dos círculos completos antes de precipitarse al suelo”.
No había obstáculo que se interpusiera en su camino y hasta las altas portillas que cerraban las fincas eran rebasadas con facilidad por estos precoces atletas. Entre ellos se suscitaban rivalidades a ver quién saltaba más alto. El día de Reyes acudían a Valdesoto todas Las comparsas de Siero y allí representaban sus comedias. Al finalizar estas, “comenzaba entre los sidros un verdadero pugilato sobre cual alcanzaba mayor altura en sus saltos y quien alargaba más estos. Sobre todo se reñía en lo referente a la altura”. Los records claro está, nunca fueron homologados.
La comedia
Dentro de las Comedias, debemos distinguir varias épocas.
La primera, cuyo inicio se desconoce, y que llega hasta casi el final del siglo XIX. En ella se representan obras de autores anónimos, de carácter popular y tradicional, y trasmitidas oralmente de padres a hijos y de generación en generación.
La segunda época transcurre desde finales del siglo XIX hasta 1.936, donde se representan obras de autor, principalmente de José Noval “Siero”, con unos personajes que pueden considerarse fijos y unas representaciones con planteamientos similares. La llegada de la Guerra Civil y la posterior prohibición de los carnavales fueron los culpables de la desaparición de estas manifestaciones culturales.
La tercera época que comienza a mediados de los años cincuenta del siglo pasado y llega hasta 1991 fueron algunos intentos de diferentes autores como Luís Rodríguez “Asaura” o Nieves Noval, que pretendieron su recuperación en diferentes períodos, pero siempre con un éxito relativo porque se extendían en cortos espacios de tiempo. Y es aquí donde debemos referirnos a la importancia que tuvo la Iglesia en su recuperación. Fue el propio cura de la parroquia limítrofe de Santiago de Arenas el que pidió a Luís Rodríguez “Asaura”, gran conocedor de los entresijos de las Comedias, ya que el mismo había participado en las mismas años antes, que realizase una comedia para representarla en fechas próximas a la Navidad. De esta forma una vez más se recuperaba durante unos pocos años esta tradición. Posteriormente un grupo de jóvenes de La Rasa se propusieron recuperarla de nuevo y para ello contaron con la colaboración inestimable una vez más de “Asaura” que durante varios años fue el nexo de unión para que no se perdiese la Fiesta.
La Comedia estaba integrada por actores varones, que representaban a diferentes personajes acompañados por los “sidros,” de quienes toman el nombre. No solía haber más de una en cada parroquia y los domingos de finales y principios de año iban por los pueblos vecinos, procurando no coincidir dos grupos en el mismo pueblo.
Parece que los “sidros” de más renombre en Siero eran los de Areñes y La Rasa (Carbayin) y Valdesoto. Sabemos que estos grupos representaron sus comedies en Feleches, Bimenes, La Pola, etc. llegando incluso hasta Lada, Barros, Tiuya (Tuilla), L’ Agueria (San Martin), Bimenes o la Vega (Sariegu).
Tenemos noticias de que también hubo “sidros” en Bimenes y grupos de “guirrios” en Llangreu y San Martin (L’Agueria, Sotrodio) que, de la misma forma, recorrerían los pueblos y parroquias del entorno y de los concejos vecinos.
Tales “comedies” no tenían escenario fijo; cualquier lugar al aire libre, donde hubiera espectadores servía. Era frecuente el representarlas en el campu de la iglesia, a la salida de misa, o delante de Los chigres que pagaben la comedia. Esta ausencia de escenario fijo, de un lugar donde transcurriera la acción, se suplía con las referencias de los actores a los lugares determinados, siempre de los alrededores, de forma que en todo momento eran conocidos por el público; en consecuencia, “les Comedies” se desenvuelven en una geografía muy localista. Y así, as obras de los “sidros” de Siero aluden a lugares del concejo sobre todo de su zona sureste ( Areñes, Feleches, La Horria, El Resellon, Santolaya, Trespando, El Planal, La Comba, La Pola, La Carrera, Lieres ) o de Los concejos limitrofes o perfectamente conocidos ( Tabayes, Llangreu, Sama, Llaviana, Mieres, Uvieu, Aviles, Villaviciosa, Infiestu ). En la zona Samartin aparecen lugares como La Felguera, el pozu Soton, Campu Casu, Bimenes o Xixon.
Las representaciones duraban alrededor de media hora y constaban de un acto único: cada una de las entradas y salidas de Los personajes marcaban las sucesivas escenas. En tales intervenciones apenas hay dialogo, sino que lo que encontramos son más bien monólogos, que enlazan con lo anterior y lo posterior mediante preguntas y respuestas.
Al finalizar la representación, los comediantes recogían el dinero que les arrojaba el público y con el organizaban una buena cena para todos. En Siero, Las representaciones llegaban hasta el día de Reyes, en que todas les comedies de la zona acudían a Valdesoto, donde se establecía una especie de concurso entre comedies. Después de esta fiesta, los comediantes (la parroquia de Areñes tiene una salida geográfica más fácil hacia Llangreu y Samartín que hacia Pola) llevaban, como ya apuntamos más arriba, sus obras a los pueblos del Valle del Nalón y Cocañin (L’Agueria), llegando así sus representaciones hasta el propio Antroxu.
Las últimas comedies salieron antes de la guerra; ésta y las difíciles condiciones de vida de la postguerra significaron su desaparición. En los años cuarenta, D. Graciano Vallina represento con éxito algunas comedies en Sotrondio y los pueblos de la zona. En los cincuenta, Asaura (Luis Rodriguez), de la Horria, intento recuperarlas en la zona de Siero, y saco una comedia hecha de entradas de otras que el recordaba. Pero ambos intentos fueron inútiles y desde entonces, los “guirrios” quedaron como elementos decorativos en los desfiles folclóricos, totalmente desligados de su verdadero significado. A finales de los años 80 del siglo pasado asistimos a un tímido intento de recuperación desde L’Entregu y La Rasa (Carbayín).